Colibríes por el camino
Los antiguos purepechas decian que ahi estaba la puerta del paraiso, por donde entraban y salian los dioses. Decidimos ir a buscarla entre las callecitas complicadas que suben y bajan como los dioses en su tiempo. El poder y la fertilidad llegan como torbellinos, se elevan, se sostienen en el mismo sitio aleteando sin parar hasta que avanzan, tal vez en reversa, tal vez en linea recta, para buscar otra flor, un insecto raro o agua dulce para tomar.
Descripción
Los antiguos purepechas decian que ahi estaba la puerta del paraiso, por donde entraban y salian los dioses. Decidimos ir a buscarla entre las callecitas complicadas que suben y bajan como los dioses en su tiempo. El poder y la fertilidad llegan como torbellinos, se elevan, se sostienen en el mismo sitio aleteando sin parar hasta que avanzan, tal vez en reversa, tal vez en linea recta, para buscar otra flor, un insecto raro o agua dulce para tomar. Quien los entiende? Su zumbido alarma retraido, solitario, sin dejarnos parpadear. Su coqueteria nos seduce irremediablemente en su presencia efimera que no sabe quedarse en un mismo lugar. En el viaje que hacen por Michoacan tres amigas de la infancia acompanadas por un colibri imaginario, que va libando de flor en flor y de sitio en sitio, las palabras se quedan paseando…
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